¿Qué demonios me está pasando?

     La verdad era que sí, tenían razón, todo se desmoronaba a mi alrededor mientras una especie de sentimiento de retorcida felicidad me embriagaba. De nuevo la maldita jaqueca, de nuevo esa tristeza infinita, esa soledad. ¿Entonces qué?, ¿será que mi orgullo me ciega? ¡Ojalá hubiera a quién pedirle ayuda!, pero no, nadie, todos hablan y piensan nada más que en sí mismos, en la mentira que encarnan y se cuentan cada día. Lo único que me molesta es que se decanten por la facilidad de lo falso. Yo lucho cada día por encontrar mi lugar en el mundo, por saber quién soy (y no, maldita sea, no sabemos quiénes somos, ¿cómo podríamos saberlo de antemano?); yo lucho por no caerme a pedazos. Lo acepto, "desperdicio el tiempo", "soy una egoísta" y todo lo demás pero es que... No, no puedo con tantas cosas que me vienen a la cabeza a cada momento y menos con el desgarramiento constante en el que se encuentra mi alma. ¿Es posible que la vida sea tan triste? Sí, bueno, no puedo hacer nada. ¡Cuántas veces he sido criticada por ser quien soy! Es tan triste sentirse perdida, ahogada en incertidumbre. Pero ¿qué derecho tienen ellos de criticarme o yo a ellos? Ninguno, es cierto, pero ¿acaso lo entiendes? La gente siempre quiere algo de ti, te demandan, te exigen y yo no puedo dar (no saben ustedes lo que me costó escribir esta última frase, aceptarla como verdad). No quiero que me malinterpreten: no puedo adaptarme a lo que ellos piensan de mí, no puedo ser quien ellos quieren que sea... ¿será egoísmo? ¡La cura! ¡Yo quiero la cura a los males de mi alma! ¿Saben ustedes de alguien que la haya encontrado y no sea una mentira? Estoy cansada del infierno, estoy cansada de todas las falsedades. ¿A quién le hablo?, ¿me escuchan?, ¿me entienden?, ¿tienen ganas de destruirse a ustedes, falsos, y rehacerse verdaderamente?, ¿saben los dolores que implica?, pregunto, ¿les importa la verdad a toda costa? Todas las malditas lágrimas que he derramado por una quimera... Estoy amarga. ¿QUÉ IMPORTA TODA ESTA MALDITA VIDA? La culpa, la culpa que me carcome a cada momento, la culpa... finalmente es verdad que, aunque atea, soy cristiana. He vivido bajo las formas culturales del cristianismo toda mi vida, además del yugo de miles de años; me lo dijo una vez un amigo de R., "la verdad es que eres una cristiana hecha y derecha", y yo me molesté, simplemente no entendía, ahora lo entiendo, y me da asco.
     A. pasó por mi trabajo y me entregó un papelito arrugado con un poema:

A un olmo seco

               Al olmo viejo, hendido por el rayo
          y en su mitad podrido,
          con las lluvias de abril y el sol de mayo,
          algunas hojas verdes le han salido.
               ¡El olmo centenario en la colina
          que lame el Duero! Un musgo amarillento
          le mancha la corteza blanquecina
          al tronco carcomido y polvoriento.
               No será, cual los álamos cantores
          que guardan el camino y la ribera,
          habitado de pardos ruiseñores.
               Ejército de hormigas en hilera
          va trepando por él y en sus entrañas
          urden sus telas grises las arañas.
               Antes que te derribe, olmo del Duero,
          con su hacha el leñador, y el carpintero
          te convierta en melena de campana,
          lanza de carro o yugo de carreta;
          antes que rojo en el hogar, mañana,
          ardas de alguna mísera caseta,
          al borde de un camino;
          antes que te descuaje un torbellino
          y tronche el soplo de las sierras blancas;
          antes que el río hasta la mar te empuje
          por valles y barrancas,
          olmo, quiero anotar en mi cartera
          la gracia de tu rama verdecida.
          Mi corazón espera
          también, hacia la luz y hacia la vida,
          otro milagro de la primavera.

Después me dijo que era de un poeta español, Antonio Machado, que debería leerlo, que es hermoso. ¿Cómo negar la hermosura y la liviandad profunda de esos versos?, ¿qué hago yo quejándome sin cesar de esta vida mientras otro escribió, en algún momento, palabras tan...? Lo siento, no encuentro el adjetivo exacto y no quiero redundar. Antonio Machado, ¿quién eras?, gracias por dejarnos semejantes palabras. "Milagro", dice del reverdecer que es un milagro, cuán difícil es sentir una cosa así (decirlo no, decir es lo más fácil que hay, ¿o no, mentirosos?). Me siento abrumada. Releo una y otra vez ese papel sucio y garrapateado y me dan ganas de llorar, de salir corriendo, de reírme con sincera felicidad. No puedo, no pude, quiero decir, tenía que estar entregándole zapatos a una gorda de lo más molesta que preguntó por todos los precios y todas las tallas para al final no comprar nada. Y yo pensando en el olmo y sus brotes frescos. La verdad es que no sé cómo es un olmo, pero, antes, cuando iba a visitar a un amigo que estudiaba música en una escuela de Santa Mónica pasaba cerca de un árbol que, todos los años, en una época, que imagino que era siempre la misma, retoñaba y yo lo miraba embobada. Era esa época y ese momento siempre feliz. Y sin embargo yo no escribí ese poema ni recordé ni un segundo, en mis momentos de desesperación, ese árbol seco que volvía siempre a florecer. 
     Cambiando de tema, hoy me sucedió algo extrañísimo: M. pasó frente al lugar donde trabajo, llevaba meses sin verlo y de repente... eso me preocupó, ¿qué está sucediendo?, ¿por qué parece que se me hubiera puesto delante justo en el momento en el que alcé la cabeza? Sí, lo entiendo perfectamente, me estoy enrollando de más, una coincidencia, pero A. me hablaba (y esto es lo más intrigante) de las correspondencias psíquicas (un acto psicológico que se corresponde con uno externo, físico),... también me sucedió que, estando dormida, me di cuenta de que estaba soñando y reconocí  a unos personajes "del sueño anterior". La cosa es que yo no recordaba el sueño del día anterior (dije, como siempre decimos en lenguaje coloquial: "anoche no soñé nada", pero resulta que sí), no recordaba haber soñado y sin embargo, en mi otro sueño lo(s) recordé. Esto me preocupa porque siempre he sentido que hay cosas que se mueven dentro de mí que están fuera de mi control, un río tumultuoso y subterráneo serpentea y rugue en mí sin darme cuenta. ¿Por eso tendré tanto miedo? ¿Por eso me quedaré extrañada tantas veces sin razón aparente? ¿Qué es eso de no saber lo que hay en nuestro fondo, en lo más profundo, y caminar como si nada? No puedo caminar como si nada. ¿Qué demonios me está pasando?

Tengan buenas noches. 

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