(Entrada perteneciente al 15/08/2018).
Debería ponerme a escribir un rato. Eso fue lo que pensé hace un momento, antes de abrir este documento de Word; ¿pero en verdad es necesario? Digo, ¿en verdad debería ponerme a escribir? ¿Para qué sirve?, ¿por qué tengo la necesidad de hacerlo? La verdad es que podría pasar mis días sin amontonar esta cantidad inútil de palabras… podría, pero no puedo. Siento la necesidad de hilar, de tejer, de construir(me). ¡Cuánta tontería pasa por nuestras cabezas! Al final, mis palabras se perderán en la multitud. Al final, nada de lo que digo puede interesar. Tengo la cabeza embotada, tomé gabapentina, llevaba mucho tiempo sin usar ninguna droga que no fuera el antidepresivo. Tengo miedo de volver a consumir drogas desquiciadamente. Tengo miedo. Siempre he tenido miedo. Soy una cobarde, una tonta y estúpida niña cobarde. La imbécil de Ll. no me contesta mis mensajes, tengo ganas de verla y no puedo hacer nada, tengo ganas de hablarle y ella no quiere aparecer. Es injusto. Bueno, yo fui injusta con ella, fui una maldita perra, la verdad. Pero ¿qué puedo hacer si nací endemoniada? Palabra estúpida: endemoniada; pero no hay otra. Es la verdad, estoy jalonada a cada momento por pasiones que no les interesa nada más que satisfacerse, soy su muñeca. No, yo no soy un ser humano completo. Soy un animal, mi instinto es estúpidamente más fuerte que mi razón. Ay, vivir es terrible, es tan difícil. Díganme ustedes, ¿se sienten atrapados?, ¿sienten que su mundo se desmorona (lentamente, por la inercia, se desprende poco a poco el polvo y lo ven y no pueden hacer nada)? Díganme, ¡por favor!, ¿entienden?, ¿se sienten como yo?, ¿me escuchan? Ay, ay, ay, ay, maldita, maldita sea… Afuera de mi cuarto tintinean botellas (mi madre recogiendo botellas de cerveza que ha dejado acumular en un rincón de la casa), siento que un mal movimiento las quebrará y todo será un desastre. ¿A qué se debe tanta ansiedad por las cosas que todavía no han sucedido, por lo que puede suceder? Quién sabe. Yo, yo no quiero ser una mala persona, quiero ser la mejor versión que se puede de mí misma, pero no puedo, no tengo las suficientes fuerzas para lograr tan grande tarea, para hacer con mi vida algo que valga la pena… No entiendo qué debe valer la pena en este mundo, eso debe ser una dificultad para todo esto. No. No entiendo nada y cada vez todo es más confuso. Se supone que no sería así, que todo empezaría a calzar, que la adultez sería un período en el que todo comenzara a construirse; pero es al revés, se destruyen cada una de mis ilusiones, se destruye todo lo que en alguna vez creí, todo, todo se convierte en montañas de basura que me tapan la luz del sol. Por eso quiero saber si me entienden, si alguien puede ayudarme, pero ayudarme en serio, ayudarme a no estar perdida, ayudarme a no verme morir lentamente frente al espejo sin sentir nada más que una suave y profunda tristeza.
Debería ponerme a escribir un rato. Eso fue lo que pensé hace un momento, antes de abrir este documento de Word; ¿pero en verdad es necesario? Digo, ¿en verdad debería ponerme a escribir? ¿Para qué sirve?, ¿por qué tengo la necesidad de hacerlo? La verdad es que podría pasar mis días sin amontonar esta cantidad inútil de palabras… podría, pero no puedo. Siento la necesidad de hilar, de tejer, de construir(me). ¡Cuánta tontería pasa por nuestras cabezas! Al final, mis palabras se perderán en la multitud. Al final, nada de lo que digo puede interesar. Tengo la cabeza embotada, tomé gabapentina, llevaba mucho tiempo sin usar ninguna droga que no fuera el antidepresivo. Tengo miedo de volver a consumir drogas desquiciadamente. Tengo miedo. Siempre he tenido miedo. Soy una cobarde, una tonta y estúpida niña cobarde. La imbécil de Ll. no me contesta mis mensajes, tengo ganas de verla y no puedo hacer nada, tengo ganas de hablarle y ella no quiere aparecer. Es injusto. Bueno, yo fui injusta con ella, fui una maldita perra, la verdad. Pero ¿qué puedo hacer si nací endemoniada? Palabra estúpida: endemoniada; pero no hay otra. Es la verdad, estoy jalonada a cada momento por pasiones que no les interesa nada más que satisfacerse, soy su muñeca. No, yo no soy un ser humano completo. Soy un animal, mi instinto es estúpidamente más fuerte que mi razón. Ay, vivir es terrible, es tan difícil. Díganme ustedes, ¿se sienten atrapados?, ¿sienten que su mundo se desmorona (lentamente, por la inercia, se desprende poco a poco el polvo y lo ven y no pueden hacer nada)? Díganme, ¡por favor!, ¿entienden?, ¿se sienten como yo?, ¿me escuchan? Ay, ay, ay, ay, maldita, maldita sea… Afuera de mi cuarto tintinean botellas (mi madre recogiendo botellas de cerveza que ha dejado acumular en un rincón de la casa), siento que un mal movimiento las quebrará y todo será un desastre. ¿A qué se debe tanta ansiedad por las cosas que todavía no han sucedido, por lo que puede suceder? Quién sabe. Yo, yo no quiero ser una mala persona, quiero ser la mejor versión que se puede de mí misma, pero no puedo, no tengo las suficientes fuerzas para lograr tan grande tarea, para hacer con mi vida algo que valga la pena… No entiendo qué debe valer la pena en este mundo, eso debe ser una dificultad para todo esto. No. No entiendo nada y cada vez todo es más confuso. Se supone que no sería así, que todo empezaría a calzar, que la adultez sería un período en el que todo comenzara a construirse; pero es al revés, se destruyen cada una de mis ilusiones, se destruye todo lo que en alguna vez creí, todo, todo se convierte en montañas de basura que me tapan la luz del sol. Por eso quiero saber si me entienden, si alguien puede ayudarme, pero ayudarme en serio, ayudarme a no estar perdida, ayudarme a no verme morir lentamente frente al espejo sin sentir nada más que una suave y profunda tristeza.
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